Si hemos tenido una pareja simpática y sonriente, estos son Joan y Marta. Marta derrochando sonrisas y simpatía, Joan, el hombre más feliz de la tierra.
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Si hemos tenido una pareja simpática y sonriente, estos son Joan y Marta. Marta derrochando sonrisas y simpatía, Joan, el hombre más feliz de la tierra.
Para su boda nos dieron estas indicaciones: queremos que sea como nosotros, sencillo, natural, y en contacto con la tierra y la naturaleza, lo dejamos en vuestras manos. El lugar, un antiguo castillo en lo alto de la montaña, el Castell d’Escornalbou, rodeados de piedra roja y naturaleza agreste.
Con estas premisas, lo teníamos claro. Los materiales a usar debían ser lo más naturales posibles: eucalipto, margaritas, paniculata, .. todo en blanco para dar luminosidad a la iglesia, y como acompañantes, plantas autóctonas: romero, tomillo, lavanda… Los objetos decorativos, acordes con el entorno en materiales nobles: hierro forjado, madera, …
El ramo de Marta fue como ella: ¡una explosión de alegría! El tono elegido, el coral. Forma redondeada y toques más silvestres, sin perder la elegancia. Su preciosísima dama de honor, con un ramito a conjunto.
¡Felicidades Joan y Marta! Un placer estar en vuestra boda y ser un poquito, parte de ella.
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